Querido lector catártico:
En la entrada de hoy quiero compartirte un experimento interno que hice. Llevaba semanas con ruido mental y estresada con las tareas que se me habían juntado entre trabajo, teatro, familia etc. Así que para el viaje de aniversario con mi esposo le propuse no tener contacto con redes sociales por lo que durara nuestro viaje, lo que él sin pensarlo acepto. Fue un viaje corto a Turín, una ciudad al norte de Italia.
Podrías pensar que 4 días no fueron nada pero créeme, fueron necesarios para darme cuenta de la dependencia emocional que hoy tenemos al teléfono, así que decidí compartirte mis reflexiones con este experimento porque sé que pueden ayudarte a ti también a encontrar un equilibrio y sobre todo a ser más consciente de tu relación con el mundo digital.
Primera parte | Conexión por validación
Adicción digital: Esto no es nuevo, saber que cualquier tipo de adicción es dañina para nuestro bienestar físico, mental y emocional; sin embargo no todos tienen la valentía de aceptar que tienen algún tipo de adicción. En este caso me refiero a las redes sociales que aunque fueron creadas para “socializar” paradójicamente vinieron a separarnos a través de una pantalla, convirtiéndose en adición a la sensación desesperante o ansiosa por saber la vida de los demás, de mostrar o aparentar una vida “perfecta.” Tal vez nuestro cerebro no se siente amenazado ante una adicción como esta ya que en teoría es “genuino” hacer un video, compartir una foto o simplemente pasar tiempo entreteniéndonos con la diversidad de contenido que puedes encontrar en la red, de hecho lo preocupante aquí sería darnos cuenta como el cerebro se ha acostumbrado ante los estímulos de dopamina constante que generan dichas redes digitales.
Día 1: No notas gran diferencia, sigues tratando de cumplir el reto de no ver redes sociales, sólo WhatsApp (aunque sé muy bien que también es considerada una red social) al menos nos permitimos usar la app para estar comunicados por cualquier cosa con nuestras familias, pero ya de ahí me puse a reflexionar justo cómo para estar comunicados hoy en día WhatsApp es el medio más utilizado, cuando antes tenías que recargar saldo a tu celular para llamar o mandar aunque sea un mensaje de texto. Porque sí, a mí también me tocó esa época y hoy de eso ya no queda absolutamente nada. Algo que me sorprendió el primer día sin redes fue el flujo de pensamientos constantes de hacerte creer que tu vida no es interesante si nadie la ve, eso para mí fue lo que más llamó mi atención al comenzar este detox digital. Sin duda le hemos dado la intención errónea…
Día 2: Aquí la cosquillita por querer entrar a las aplicaciones de interacción social se empieza a manifestar y en realidad aunque sea para puro cotorreo, esa necesidad por tomar el teléfono es dura. Me puse a pensar… ¿De qué sirve tener un IPhone 15 si no puedes acceder a mil aplicaciones digitales? Lo que hice fue refugiarme en la fotografía, capturando cada instante y con la mejor compañía. Aunque debo confesar que el lugar maravilloso en el que nos encontrábamos nos ayudó muchísimo a olvidarnos del tiempo y de las ganas de estar en redes; nos fuimos unos días a un castillo lleno de naturaleza y con spa. Literal hicimos el plan perfecto para el reto perfecto porque nuestra intención era relajarnos y desconectarnos del mundo online y enfocarnos en el presente a través de los sentidos y con el hermoso panorama que teníamos la verdad fue más sencillo de realizar.
Detrás de un like se esconde una oscura sensación de validación que nuestro ego desea; no está mal querer ser vistos, lo malo es no hacerlo consciente y cambiarle la perspectiva que tienes al crear o consumir contenido digital. A lo largo de estos años de autoconocimiento he aprendido que esa sensación la tenemos todos por el miedo de sentirnos rechazados ante la sociedad en la que vivimos. Sin embargo la verdadera herida se originó dentro de nuestro núcleo familiar (aunque tengas padres ejemplares, todos cargamos una herida emocional inconsciente) entonces al reflexionar qué relación tienen estas heridas emocionales con las redes sociales la respuesta fue por esa conexión instantánea de dopamina que nos genera la aprobación y validación de los demás.
Segunda parte | Un futuro digital más auténtico
Que tus redes sociales reflejen tu esencia: He venido trabajando mucho internamente para reprogramar creencias que tenía de mí misma que me limitaban, por eso quiero regalarte las perspectivas que he adoptado para tener un equilibrio en mis redes sociales. Ya seas alguien con tendencia a querer crear contenido y compartir como protagonista online, como alguien que prefiere ser más cauteloso y consumir el contenido de los protagonistas, o por aquellos random que de vez en cuando publican algo dependiendo el humor. Creo que la fórmula funciona para todos porque en realidad es hacer un cambio en nuestro -
mindset -
A mayor autoconocimiento, mayor control de ti y mayor es la oportunidad de ser auténtica (o) mostrándote tal y como eres en redes.
Día 3: Confieso que la ansiedad por “pensar” tan sólo en lo que estuviera pasando en el mundo era como una montaña rusa, subía y bajaba en determinadas horas del día; me di cuenta que por más que te encuentres en un lugar paradisíaco o con el amor de tu vida, las redes sociales ya son intrínsicamente parte de nuestra expresión cotidiana, lo queramos o no. Se siente raro el no estar “activa digitalmente” se siente raro no ser parte de algo y de pronto ahí me cayó otro veinte. Inconscientemente todos queremos pertenecer, cuando nace otra nueva red migramos ahí por el flujo de masa que se desplaza o por pura curiosidad pero esa sensación de no quedarnos fuera de algo es grande y es la que en realidad pesa con el paso del tiempo.
Día 4: La mente comienza a enfocarse en lo que estás experimentando, de hecho desde el tercer día empecé a notar cómo si no le das a tu mente lo que pide al final termina ignorándolo. Es como un bebé cuando te ve comer cualquier cosa, por curiosidad ansía por probarlo pero si te das la vuelta o simplemente se lo quitas de la vista, dejará de quererlo. Porque ellos no tienen aún la percepción del tiempo ni saben lo que es la ansiedad por tener algo. Ellos únicamente existen el el presente y sin decir una palabra te hacen entender por medio de los sentidos cómo se encuentran. Entonces, ¿porqué cuando nos convertimos en adultos el apego emocional, social, digital se vuelve imposible de equilibrar? Creo que es porque nos olvidamos de existir como los bebés y nos enfocamos sólo en agradar a los demás.
Como decía Einstein: “Reinventarse o morir” Estoy en pro de la era digital, de hecho yo misma trabajo online, todos los proyectos creativos que tengo son digitales. Tengo mis podcasts, este blog, la comunidad de catárticos donde puedo conectar con personas de cualquier parte del mundo y eso es maravilloso. De hecho considero que la era digital incluso las redes sociales han revolucionado el mundo laboral desde la pandemia y son una valiosa oportunidad para reinventarse y emprender. Sin embargo si queremos equilibrar nuestra relación con estas plataformas sociales mi consejo es conocerte lo suficiente para que tu autoestima no se vea amenazada todo el tiempo comparándote con otras personas. Y si eres creador de contenido, no te olvides de transmitir tu esencia y autenticidad. Muchas veces me vi envuelta en un bucle de comparación, recreando contenido que no se alineaba con mi propósito ni valores pero por “encajar, replicar y sentirme frustrada” terminaba haciendo todo lo contrario (no siendo auténtica.) Para mí hoy en día lo más importante al momento de exponerme en redes sociales es serme fiel a mí, fiel a mis ideas y proyectos, fiel a mi esencia y a mi expresión. Es un trabajo de todos los días ya que el ego se manifiesta por medio del sindrome del impostor y al mismo tiempo desea la atención o el reconocimiento de los demás y no precisamente es malo, como mencionaba al inicio el mayor problema es no ser consciente de nuestra relación con la tecnología o del porqué haces lo que haces en redes. Empieza por reconocer tu valor y no esperar nada de los demás, cuando te conectas con tus propósitos, las redes sociales son sólo un medio más para expandir tu esencia y conocimiento para sumar vidas a través de una pantalla, eso es lo más hermoso de compartir lo que sabes. Esa es la creencia que necesitas reprogramar en tu mente para que tu relación con las redes sociales sea más genuina.
Después del detox de 4 días sin redes sociales, sí existen las ganas de entrar a tus cuentas pero también aparece la claridad mental, la inspiración de crear y nuevos proyectos por compartir. Es increíble como en tan poco tiempo el cerebro comienza a enfocarse de una manera surreal. Lo que confirma que vivimos rodeados de distracciones que nos separan de nuestra esencia y son las mismas distracciones que con el paso del tiempo desgastan las relaciones reales que tenemos en casa, llámese amigos, pareja, familia. Eso es lo más triste de darse cuenta lo que puede pasar si no equilibramos nuestra vida real con el mundo digital, por más que hoy en día sea un recurso de trabajo necesitamos priorizar lo que brinde bienestar fisica, mental y emocional.
Te recomiendo probarlo tú también, hacer detox digitales esporádicamente para que empieces a conectar más con tu esencia, verás los grandiosos beneficios que te traerá el vivir en el presente. Y cómo al volver a conectar en redes tendrás un Glow Mental totalmente diferente, más real, más tú. S i lo haces, me encantaría después conocer cómo te sentiste con el detox. Puedes escribirme por DM por instagram, aquí te dejo el link Mafer Sand en Instagram
Con cariño,
Mafer Sand.